3 Razones por las que tu lavaplatos huele mal y cómo solucionarlo
Es el cuento de nunca acabar, abres el lavavajillas para meter un par de platos y unas horribles náuseas te invaden mientras un desagradable olor golpea tu nariz. Sí, definitivamente hay algo que no estás haciendo bien. La buena noticia es que seguramente tu problema tiene solución. ¡Sigue leyendo para descubrirla!
¿Cuánto hace que no limpias el filtro?
Lo primero en lo que deberías pensar cuando tu lavaplatos huele peor que una piara de cerdos es cuánto hace que no limpias tu filtro. ¿Ni siquiera sabías que tu lavaplatos tenía un filtro? Bueno, pues ya lo sabes, así que ya no tienes excusa para no echar un vistazo al filtro para ver si está obstruido.
Si estás totalmente seguro de que el filtro no es el culpable del mal olor, no te preocupes. Hoy en Fersay vamos a ayudarte a llegar hasta el fondo de este asunto.
¿Cuánto hace que no lo usas?
No estamos escribiendo este artículo con ánimo de juzgarte, pero seamos honestos, ¿friegas los platos a mano con frecuencia? Tranquilo, no se trata de lo que te imaginas. El caso es que si no utilizas tu lavaplatos de vez en cuando y lo dejas cerrado durante largos períodos de tiempo puede comenzar a surgir moho en el interior (y de ahí el mal olor).
Obviamente, si este era el problema y el moho se ha afianzado deberás limpiarlo con un producto especializado y después aclarar el interior con agua. Por otro lado, si el moho tampoco es el causante de tu problema de olor en el lavavajillas, aún nos queda un último cartucho por gastar.
Puede que el problema no esté en el interior
Si has revisado y limpiado a conciencia el interior de tu lavavajillas y aun así sigue oliendo tan mal como antes, puede que de hecho el problema no esté en el interior. Sí, es el momento de que saques el lavavajillas del lugar en el que está colocado y revises lo que hay debajo y detrás de él.
Si se trataba de eso, ¡enhorabuena! Por fin has encontrado la raíz del problema. En caso contrario, tenemos una buena y una mala noticia para ti. La buena es que aún hay algo que puedes hacer. La mala es que se trata de comprar un nuevo lavavajillas. ¿Deseas deshacerte de ese mal olor o puedes convivir con él? ¡Tú decides!
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